Historia de SuemyLash

Déjame contarte un rollo súper personal sobre cómo me metí en el mundo del Lashing. A ver, todo comenzó cuando tenía unos 18 añitos. Tuve la suerte de caer en un salón profesional, uno de esos con franquicia y que saben bien lo que hacen, especialmente en lo que a extensiones de pestañas se refiere. Ahí fue donde me topé por primera vez con este rollo del arte de las pestañas, y, créeme, fue amor a primera vista.
Después de pegarme ahí un tiempo, me dijeron que era hora de capacitarme. Y, ¿qué crees? Me apasioné a tope con lo que hacía. Era como si cada día no fuera a trabajar, sino a jugar con lo que más me gustaba.
Con el paso del tiempo, me picó el bichito de la independencia y dije: "¿Por qué no?" Así que me lancé a la aventura de montar mi microempresa. Me puse súper picky buscando los materiales de la mejor calidad y pensando en cómo hacer que mis clientas se sintieran no solo bellas sino también comodísimas. Le metí mi toque personal a todo, buscando siempre mejorar y ponerle ese extra que nadie más tenía. Así fue que nació SuemyLash… Suemy porque así me llamo y "Lash" de pestaña.
Y bueno, ¿qué te digo? Ahora, mis aplicaciones de extensiones se han ganado la fama de ser las más duraderas y cómodas de la ciudad. Y es que le pongo mucho empeño a lo que hago, desarrollé técnica y otras habilidades más que me han dado muchas satisfacciones como profesional.
Pero, oye, que todo esto no se dio de la noche a la mañana, ¿eh?
Antes de sumergirme de lleno en el Lashing, hice mis pininos como estilista. Estuve dándole al tema unos... ¿qué? ¿Un año? Pero al final, le agarré un cariño especial a esto de las pestañas. Se convirtió en mi pasión, en eso que me hace saltar de la cama cada mañana con ganas de darle al día. Ahora no solo aplico pestañas, también vendo los insumos para que profesionales del lashing encuentren la mejor calidad en un solo lugar... Y no solo eso, también doy cursos para que cada vez más mujeres aprendan de este apasionante arte y rentable negocio.
Así que ya ves, yo empecé en un salón y pasé a montar mi propio negocito. Esa es, a grandes rasgos, mi movida con el Lashing. Y, mira, no cambiaría ni un segundo de este viaje. Así que si te animas a cambiar tu mirada o aprender del mundo del lashing y crear tu propio negocio muy rentable, vas a tener a SuemyLash contigo.
Atte. Suemy Murrieta